Jesús nos recuerda que tenemos un compromiso con Dios, no podemos intentar seguirlo pero deseando volver al mismo tiempo.
El reino de los cielos es como un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo. Aunque es la más pequeña de todas las semillas, cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en un árbol, de modo que vienen las aves y anidan en sus rama.
¿Dónde está el Reino?
Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie,.., porque
ha echado todo lo que tenía para vivir”.
“Ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para
vivir”. Este todo, si se cuenta materialmente, es casi nada; pero este “casi
nada” es precisamente su todo.
De esto trataba Jesús en las parábolas del reino: en lo
insignificante, en lo completamente cotidiano está oculto lo más valioso y lo
más extraordinario.
Que una persona, cuando da limosna, no sólo ofrezca lo que
le sobra, como los ricos, a los que ve dar grandes donativos, sino lo más
necesario para ella, lo que necesita para vivir.
“Lo que habéis recibido gratis, dalo gratis”
http://foros.elsiglodetorreon.com.mx/religion/310037-porque+a+la+juventud+no+le+interesa+la+religi%C3%B3n.html
La parábola del siervo infiel, que se encuentra con el
milagro gratuito de que una deuda impagable se le ha perdonado gratuitamente,
sin ninguna razón clara. Es natural que se sienta muy feliz con esto, pero sólo
si convierte inmediatamente este favor en una actitud personal suya. Porque el
verdadero regalo que se le ha hecho no es la condenación de su deuda, sino la
gratuidad sin motivo de su misericordioso señor.
Jesús sabe que “el final está a la puerta”, e incluso que «esta generación» lo vivirá. Para comprender esto, hay que tener en cuenta que, con la pasión y muerte de Jesús, el mundo ha llegado para él a su final. Él ha llevado sobre sí todas sus culpas, las de las generan raciones pasadas, presentes y futuras.
El reino de Dios está cerca, estará pronto aquí, con el
poder y la fuerza misma de lo divino pero no se puede concebir, calcular,
objetivar su venida, sino a lo sumo rastreara por señales premonitorias
En el evangelio de Marcos aparecen estas palabras: “Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sólo el Padre’ (Mc 13,28-32).
¡Qué
misterioso suena todo esto, sobre todo si se tiene en cuenta que las palabras
“cuando veáis vosotros suceder esto” se refieren a la venida del “Hijo del
hombre con gran poder y majestad”. Se nos arroja en medio de un acontecimiento
que sucederá inevitablemente, arrollador.
¿El rey del reino?
Dios amó tan infinitamente al mundo, que entregó por él a su
Hijo único. Definitivamente en la cruz, cuando tomó sobre sí los pecados del
mundo y los quitó.
Este cargar con los pecados es el testimonio que él da
por la verdad. Por la verdad del amor divino. Es el único testigo que puede
testimoniar de un modo creíble este amor.
Dios demuestra que su amor es algo serio: entrega a su Hijo.
Y el Hijo demuestra que su testimonio es algo serio: grita por el abandono de
Dios de los pecadores.
Pero Jesús dice como conclusión: «Yo he venido al mundo para
ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».
Mi
reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría
luchado para que no cayera en manos de los judíos.
ARTÍCULOS INTERESANTES
EL REINO DE LOS CIELOS ESTA DENTRO DE TI
No se puede buscar el reino de Dios si no sabemos
primero que ese reino se está construyendo dentro de tu propio cuerpo
mortal para que la bestia que habita en ti (la mente terrenal),
pueda ser destruida y un hombre nuevo se pueda formar a la imagen del Hijo de
Dios (la mente de Cristo), el cual será el nuevo Adán que regirá junto con
Cristo el nuevo mundo por venir.
No podemos buscar el reino de Dios mientras
estamos buscando la riqueza material y colocando el engaño de las
riquezas por encima del reino de Dios, o por el contrario, renunciando a todo
cuanto tenemos, creyendo que así hallaremos a Dios. Sólo podemos
encontrar el reino de Dios cuando sabemos cuál es la Verdad, y la
Verdad es Cristo.
No podemos buscar el reino sin primero buscar el
rey. El rey es la verdad y la vida, el rey y el reino son la misma cosa. El rey
es Cristo Jesús, y El es su Palabra (su doctrina, su evangelio, su enseñanza).
Cuando entiendes su Palabra estas conociendo a Dios El Padre y a su Hijo
Jesús El Cristo, y si conoces a Cristo tienes vida eterna en ti
mismo, y habrás encontrado el tesoro escondido, el reino de Dios.
Lo Que Significa
Buscar El Reino De Dios Y Su Justicia
Es un tema de gran interés para todo cristiano que este
interesado en hacer la voluntad de su creador, El Reino De Dios Y Su Justicia
Significa mucho y según la biblia es un requisito para que se añadan bendiciones
a nuestras vidas.
Mateo 6.31-33, Se nos manda a por nada estar angustiado,
sino que busquemos el reino de Dios y su justicia y que todas las otras cosas
serán añadidas. El salmo 1 nos dice que bien aventurado es el varón que en la
ley de Jehová esta su delicia y en su ley medita de día y de noche, sera como
albor plantado junto a corrientes de aguas que da su fruto en su tiempo y su
hoja no cae y todo lo que hace prospera.
Es posible que estés muy afanado, que tengas metas y sueños
por los que luchar en esta vida, la verdad de la palabra de Dios es que
tienes promesa de que si te deleitas a si mismo en Jehová, él te concederá las
peticiones de tu corazón (salmo 37.4), encomienda a Dios tu camino, si te
ocupas de los negocios de tu padre él se ocupa de los tuyos, en los negocios de
tu padre te he necesario estar.
La palabra Justicia es: equidad, integridad, rectitud,
santidad, todo esto y la palabra Reino: dominio e imperio. Acepta el reino de
Dios, es aceptar su soberanía y ajustar nuestras vidas a su voluntad.
Espero tus comentario y si tienes alguna pregunta. Comparte
este artículo en las redes sociales y que Dios te bendiga.
¿Qué es el Día
del Juicio?
¿CÓMO se imagina usted el Día del Juicio? Muchos creen que
miles de millones de almas se presentarán de una en una ante el trono de Dios
para ser juzgadas. También piensan que algunas serán recompensadas con una vida
dichosa en el cielo, mientras que otras serán condenadas a sufrir tormento
eterno. Sin embargo, la Biblia indica que el Día del Juicio será muy distinto:
no será un tiempo de terror, sino de esperanza y restauración.
Cuando finalice el Día del Juicio, los seres humanos que
sigan con vida habrán “llego a vivir” en el sentido pleno de la palabra,
ya que serán perfectos. Por lo tanto, durante el Día del Juicio, la humanidad
recuperará la perfección original. Luego vendrá una prueba final. Para ello, se
liberará a Satanás y se le permitirá que trate de engañar a la humanidad por
última vez . Las personas que se opongan al Diablo verán cómo se cumple a
plenitud esta promesa bíblica: “Los justos mismos poseerán la tierra, y
residirán para siempre sobre ella” (Sa. Sin lugar a dudas, el Día del Juicio
será una bendición para todas las personas fieles.
¿Por qué Jesús tuvo que morir por nuestros pecados?
La razón básica por la cual Jesús tuvo que morir por
nuestros pecados se debe a que podíamos ser perdonados y poder estar con el
Señor. Jesús es Dios en carne (Jn 1:1, 14; Col 2:9) y sólo Dios puede
satisfacer los requisitos de la Ley por medio de una vida y sacrificio
perfectos que nos limpiara de nuestros pecados.
Dios es infinitamente santo y justo, pero todas las personas
han pecado contra Él. Por lo tanto, todo aquel que quebranta la Ley es pecador
y debe ser castigado. Si Él no lo hiciera, Su Ley no sería Ley, ya que no
existe ninguna ley sin castigo. El castigo por quebrantar la Ley es muerte, o
sea, separación de Dios. Por lo tanto, nosotros los pecadores necesitamos una
forma de escapar del justo juicio de Dios. Debido a que estamos manchados por
el pecado y no podemos guardar Su Ley, el único que podía entonces hacer lo que
nosotros no podemos hacer, es el mismo Dios. Esta es la razón por la que Dios
se encarnó en la Persona de Jesús. Él es tanto divino como humano; fue enviado
bajo la Ley (Gá 4:5-6) y la cumplió perfectamente. Por lo tanto, Su sacrificio
a Dios el Padre para nuestro beneficio es de un valor infinito y es suficiente
para limpiar de todo pecado y de las ofensas cometidas contra Dios.