Compromiso por el Reino de DIOS


Jesús nos recuerda que tenemos un compromiso con Dios, no podemos intentar seguirlo pero deseando volver al mismo tiempo.

El reino de los cielos es como un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo. Aunque es la más pequeña de todas las semillas, cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en un árbol, de modo que vienen las aves y anidan en sus rama.


 


¿Dónde está el Reino?


Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie,.., porque ha echado todo lo que tenía para vivir”.
“Ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir”. Este todo, si se cuenta materialmente, es casi nada; pero este “casi nada” es precisamente su todo. 

De esto trataba Jesús en las parábolas del reino: en lo insignificante, en lo completamente cotidiano está oculto lo más valioso y lo más extraordinario.




Que una persona, cuando da limosna, no sólo ofrezca lo que le sobra, como los ricos, a los que ve dar grandes donativos, sino lo más necesario para ella, lo que necesita para vivir.

“Lo que habéis recibido gratis, dalo gratis”




Muchos hombres están hoy hartos de la cultura moderna y buscan esta libertad. Manifiestan su aversión a esta cultura en el descuido acentuado de su aseo personal, de sus vestidos, de su vivienda, de sus costumbres en el trato con otros. Para comprender el reino, no sólo tenemos que liberarnos de la ambición de bienes terrenos, ni tampoco se puede aceptar que basta la actitud de indiferencia y de desprecio, de indolencia frente a lo terrenal. Dios no nos da algo, sino que se da a sí mismo: su corazón, su palabra, sus sentimientos más íntimos.

http://foros.elsiglodetorreon.com.mx/religion/310037-porque+a+la+juventud+no+le+interesa+la+religi%C3%B3n.html


La parábola del siervo infiel, que se encuentra con el milagro gratuito de que una deuda impagable se le ha perdonado gratuitamente, sin ninguna razón clara. Es natural que se sienta muy feliz con esto, pero sólo si convierte inmediatamente este favor en una actitud personal suya. Porque el verdadero regalo que se le ha hecho no es la condenación de su deuda, sino la gratuidad sin motivo de su misericordioso señor.

¿Cuándo viene el Reino?




Jesús sabe que “el final está a la puerta”, e incluso que «esta generación» lo vivirá. Para comprender esto, hay que tener en cuenta que, con la pasión y muerte de Jesús, el mundo ha llegado para él a su final. Él ha llevado sobre sí todas sus culpas, las de las generan raciones pasadas, presentes y futuras.

El reino de Dios está cerca, estará pronto aquí, con el poder y la fuerza misma de lo divino pero no se puede concebir, calcular, objetivar su venida, sino a lo sumo rastreara por señales premonitorias




En el evangelio de Marcos aparecen estas palabras: “Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sólo el Padre’ (Mc 13,28-32).


¡Qué misterioso suena todo esto, sobre todo si se tiene en cuenta que las palabras “cuando veáis vosotros suceder esto” se refieren a la venida del “Hijo del hombre con gran poder y majestad”. Se nos arroja en medio de un acontecimiento que sucederá inevitablemente, arrollador.

¿El rey del reino?

Dios amó tan infinitamente al mundo, que entregó por él a su Hijo único. Definitivamente en la cruz, cuando tomó sobre sí los pecados del mundo y los quitó.
 Este cargar con los pecados es el testimonio que él da por la verdad. Por la verdad del amor divino. Es el único testigo que puede testimoniar de un modo creíble este amor.



Dios demuestra que su amor es algo serio: entrega a su Hijo. Y el Hijo demuestra que su testimonio es algo serio: grita por el abandono de Dios de los pecadores.
Pero Jesús dice como conclusión: «Yo he venido al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».


Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos.



ARTÍCULOS INTERESANTES 
EL REINO DE LOS CIELOS ESTA DENTRO DE TI
No se puede buscar el reino de Dios si no sabemos primero que ese reino se está construyendo dentro de tu propio cuerpo mortal  para que la bestia que habita en ti (la mente terrenal), pueda ser destruida y un hombre nuevo se pueda formar a la imagen del Hijo de Dios (la mente de Cristo), el cual será el nuevo Adán que regirá junto con Cristo el nuevo mundo por venir.
No podemos buscar el reino de Dios mientras estamos  buscando la riqueza material y colocando el engaño de las riquezas por encima del reino de Dios, o por el contrario, renunciando a todo cuanto tenemos, creyendo que así hallaremos a Dios.  Sólo podemos encontrar  el reino de Dios cuando sabemos cuál es la Verdad, y la Verdad es Cristo.



No podemos buscar el reino  sin primero buscar el rey. El rey es la verdad y la vida, el rey y el reino son la misma cosa. El rey es Cristo Jesús, y El es su Palabra (su doctrina, su evangelio, su enseñanza). Cuando entiendes su Palabra estas conociendo a Dios El Padre y a su Hijo Jesús El Cristo, y si conoces a  Cristo  tienes vida eterna en ti mismo, y habrás encontrado el tesoro escondido, el reino de Dios.








Lo Que Significa Buscar El Reino De Dios Y Su Justicia




Es un tema de gran interés para todo cristiano que este interesado en hacer la voluntad de su creador, El Reino De Dios Y Su Justicia Significa mucho y según la biblia es un requisito para que se añadan bendiciones a nuestras vidas.
Mateo 6.31-33, Se nos manda a por nada estar angustiado, sino que busquemos el reino de Dios y su justicia y que todas las otras cosas serán añadidas. El salmo 1 nos dice que bien aventurado es el varón que en la ley de Jehová esta su delicia y en su ley medita de día y de noche, sera como albor plantado junto a corrientes de aguas que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae y todo lo que hace prospera.
Es posible que estés muy afanado, que tengas metas y sueños por los que luchar en esta vida, la verdad de la palabra de Dios es que tienes promesa de que si te deleitas a si mismo en Jehová, él te concederá las peticiones de tu corazón (salmo 37.4), encomienda a Dios tu camino, si te ocupas de los negocios de tu padre él se ocupa de los tuyos, en los negocios de tu padre te he necesario estar.
La palabra Justicia es: equidad, integridad, rectitud, santidad, todo esto y la palabra Reino: dominio e imperio. Acepta el reino de Dios, es aceptar su soberanía y ajustar nuestras vidas a su voluntad.

Espero tus comentario y si tienes alguna pregunta. Comparte este artículo en las redes sociales y que Dios te bendiga.


¿Qué es el Día del Juicio?
¿CÓMO se imagina usted el Día del Juicio? Muchos creen que miles de millones de almas se presentarán de una en una ante el trono de Dios para ser juzgadas. También piensan que algunas serán recompensadas con una vida dichosa en el cielo, mientras que otras serán condenadas a sufrir tormento eterno. Sin embargo, la Biblia indica que el Día del Juicio será muy distinto: no será un tiempo de terror, sino de esperanza y restauración.

Cuando finalice el Día del Juicio, los seres humanos que sigan con vida habrán “llego a vivir” en el sentido pleno de la palabra, ya que serán perfectos. Por lo tanto, durante el Día del Juicio, la humanidad recuperará la perfección original. Luego vendrá una prueba final. Para ello, se liberará a Satanás y se le permitirá que trate de engañar a la humanidad por última vez . Las personas que se opongan al Diablo verán cómo se cumple a plenitud esta promesa bíblica: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella” (Sa. Sin lugar a dudas, el Día del Juicio será una bendición para todas las personas fieles.






¿Por qué Jesús tuvo que morir por nuestros pecados?
La razón básica por la cual Jesús tuvo que morir por nuestros pecados se debe a que podíamos ser perdonados y poder estar con el Señor. Jesús es Dios en carne (Jn 1:1, 14; Col 2:9) y sólo Dios puede satisfacer los requisitos de la Ley por medio de una vida y sacrificio perfectos que nos limpiara de nuestros pecados.

Dios es infinitamente santo y justo, pero todas las personas han pecado contra Él. Por lo tanto, todo aquel que quebranta la Ley es pecador y debe ser castigado. Si Él no lo hiciera, Su Ley no sería Ley, ya que no existe ninguna ley sin castigo. El castigo por quebrantar la Ley es muerte, o sea, separación de Dios. Por lo tanto, nosotros los pecadores necesitamos una forma de escapar del justo juicio de Dios. Debido a que estamos manchados por el pecado y no podemos guardar Su Ley, el único que podía entonces hacer lo que nosotros no podemos hacer, es el mismo Dios. Esta es la razón por la que Dios se encarnó en la Persona de Jesús. Él es tanto divino como humano; fue enviado bajo la Ley (Gá 4:5-6) y la cumplió perfectamente. Por lo tanto, Su sacrificio a Dios el Padre para nuestro beneficio es de un valor infinito y es suficiente para limpiar de todo pecado y de las ofensas cometidas contra Dios.